lunes, 22 de diciembre de 2014

Nidos y apareamientos

Las parejas compatibles reciben una caja-nido a principios de Agosto (recordemos que estamos hablando del hemisferio sur). En España a principios de Abril.
Como todavía es invierno, si las hembras empiezan a poner, se las debería observar detenidamente por si aparecen síntomas de la retención de huevos. Los beneficios de esta distribución en el tiempo es que los polluelos empiezan a eclosionar en primavera, cuando las condiciones climáticas van siendo más suaves y las horas de luz diurna aumentan a medida que se incrementan las necesidades nutritivas de las crías. Además, se puede obtener una segunda nidada antes de la canícula estival, lo que evitaría las pérdidas en el nido debidas al calor excesivo.


En Australia Occidental solemos retirar los nidos después de esta segunda nidada, y si deseamos obtener una tercera, los nidos pueden volver a colocarse cuando el clima empiece a refrescar. En Tasmania, el calor estival rara vez ha provocado un problema estresante. Del mismo modo, el frío invernal no suele ser lo suficientemente extremado como para provocar problemas reproductivos en las parejas maduras y experimentadas en excelentes condiciones y que tienen la firma intención de reproducirse. Las crías obtenidas en invierno abandonan el nido a una edad tan temprana y con un tamaño tan grande como las obtenidas en otras estaciones.

El uso de la iluminación artificial para prolongar el día (16 horas de luz diarias) y el uso de fluorescentes de 18 vatios durante la noche puede eliminar muchas de las desventajas de la cría invernal.
La corta duración del día durante el invierno supone la adaptación más importante. La iluminación artificial permite que las aves coman más y hagan más ejercicio durante el invierno. Sus aviarios disponen de paneles de policarbonato en la parte superior, lo que permite que entre la luz del sol.

Para nuestras Ninfas/Carolinas preferimos usar Cajas-Nido de un tamaño mayor al recomendado. Esto se debe, pincipalmente, al hecho de que muchas de nuestras nidadas suelen estar formadas por bastantes polluelos. Cinco o más polluelos grandes en un mismo nido pueden generar bastante calor, especialmente cuando les están saliendo las plumas, y las mayores dimensiones de estos nidos proporcionan suficiente espacio a los polluelos para que puedan apartarse y que corra un poco de aire entre ellos.

Nuestras Cajas-Nido cuelgan verticalmente y miden 450mm de altura y tienen una sección cuadrada de 250mm por lado. Disponen de un agujero de entrada cerca de la parte superior y una percha de madera dura para posarse justo debajo. Tienen dos o tres peldaños en el interior para ayudar a los progenitores a entrar y salir, sin tener que saltar encima de los huevos. Esto también ayuda a los polluelos a subir y bajar antes de salir al mundo exterior. Dejamos de usar escalerillas de alambre después de que algunos polluelos sufrieran heridas.

Las Cajas-Nido pueden fabricarse con cualquier tipo de madera no tratada. Se suele usar cartón-madera, madera multilaminar y madera de bricolaje. Esta última tiene algunas ventajas, ya que es totalmente lisa, es fácil de cortar y sus bordes se pueden pegar con pegamento. Los ácaros disponen de pocos lugares en los que esconderse en una caja-nido hecha de madera de bricolaje si las uniones son rellenas con un pegamento para madera no tóxico.

Vale la pena llevar a cabo el esfuerzo de encontrar trozos de madera dura para la percha para que así las aves se posen y para los escalones que conducen al nido. Los progenitores que estén incubando y se sientan aburridos picotearán los peldaños de madera, dejando expuestos los clavos.
Cuando las cajas-nido vayan a ser montadas en la parte externa de aviarios suspendidos, la abertura de inspección estará situada en la parte posterior y cerca de la altura a la que se encuentren los polluelos. En el caso de las cajas-nido colgadas en la parte interior del aviario, la abertura de inspección deberá estar en la parte frontal o la lateral. Fabricamos nuestras cajas-nido con una tapa que puede abrirse ligeramente si hace mucho calor. Si usa este método, asegúrese de observar a los polluelos para comprobar que son alimentados. Hemos tenido algunos progenitores que rehúsan entrar al nido si la tapa o la abertura de inspección están abiertas o incluso entornadas.
Cubra la parte inferior del nido con una medida intermedia entre 50 y 70 mm de material para anidar firmemente comprimido. Se puede usar aproximadamente dos terceras partes de virutas de pino o usar virutas de roble. Sin importar lo que use, asegúrese que el material no proceda de madera tratada con sustancias químicas. El principal criterio es que el material para anidar debería ser absorbente, aunque no demasiado fino y pulverulento, ya que esto podría atorar los orificios nasales y la boca de los polluelos.

Los materiales muy secos, como el musgo fino de turba, no resultan adecuados, ya que absorben una cantidad de humedad que frustra los intentos de las hembras para controlar la humedad de los huevos.
Todas nuestras carolinas se reproducen en nidos. Son más fáciles de limpiar y trasladar que los troncos, y no hemos experimentado dificultades para que las aves los aceptaran.
Como los nidos son prácticamente idénticos, nos encontramos con muy pocos problemas (por no decir ninguno) si se debe sustituir un nido durante la época reproductiva.

Una vez colocamos la caja-nido, las Ninfas/Carolinas las exploran rápidamente. El macho suele ser el primero en entrar y si considera que la caja-nido es segura y adecuada, frecuentemente oiremos cantando en el interior, en un esfuerzo por animar a la hembra para que entre. Parte del ritual de la aceptación, como pareja, de una caja-nido consiste en muchas discusiones, a base de gorjeos, sobre la remodelación, y la entrada suele ser adaptada, aunque la Ninfas/Carolinas no suelen ser destructivas.



Si a las parejas no se les proporciona tiempo suficiente para que establezcan vínculos antes de proporcionarles una caja-nido, puede que la hembra entre por su cuenta y empiece a poner e incubar antes de aparearse con el macho. Si observa que el macho no hace turnos para incubar, se podría estar produciendo esto. Si hay mucha actividad en el nido y de apareamiento por parte de ambas aves, es de esperar que la puesta de huevos se produzca incluso al cabo de sólo una semana tras colocar la caja-nido. El escarbar y rascar considerablemente el material para anidar suele señalar el inicio de la puesta de huevos.

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