Los
huevos de las Ninfas/Carolinas son blancos y de unos 25 mm de
longitud. Suelen ponerse entre 5 y 7 huevos en días alternos; sin
embargo, algunas hembras continuarán poniendo hasta que nazcan los
polluelos. Nosotros intentamos acostumbrar a nuestros ejemplares a
las inspecciones regulares del nido, y lo hacemos hablando suavemente
a la pareja mientras rascamos la abertura con delicadeza antes de
abrirla. Las aves suelen marcharse, pero algunas se quedan en el
nido, moviéndose de un lado a otro o balanceándose y bufando encima
de los huevos. Lo ideal es que se tranquilicen y le dejen
inspeccionar los huevos, pero los progenitores que se marchan
asustados cuando introduce la mano en el nido pueden desparramar y
picotear los huevos. Intentamos introducir la mano de modo que el
dorso apunte hacia las aves adultas y los huevos queden protegidos de
cualquier daño si el ave se asusta y sale precipitadamente del nido.
Tras unas pocas inspecciones regulares del nido, la mayoría de los
ejemplares plenamente maduros las aceptarán tranquilamente.
Un beneficio de la inspección del nido durante la puesta es que le permite marcar los huevos a medida que son puestos y observarlos a través de una vela o luz para confirmar que son fértiles. Si una hembra pone demasiados huevos no podrá incubarlos todos bien. Etiquetando los huevos con un rotulador no tóxico señalando el orden en que fueron puestos. podrá ir retirando los últimos huevos a medida que vayan siendo puestos, siempre que hay observado los cinco o seis primeros huevos a través de una vela o luz y haya comprobado que son fértiles. Esto también le permitirá reconocer problemas potenciales en la puesta de los huevos. Si la hembra no pone los huevos cuando le toca o éstos presentan anomalías de cualquier tipo, observe cuidadosamente a la hembra por si muestra signos de no tener una buena salud.
Ambos padres comparten las tareas de la incubación, que suelen empezar de forma seria a partir de la puesta del tercer huevo. No obstante, alguna parejas inician la incubación de inmediato, incubando generalmente la hembra de noche y haciendo el macho el turno diurno. Las hembras especialmente entusiastas llevan a cabo, a veces, ambos turnos, y las parejas muy delicadas frecuentemente incubarán juntas. El macho no alimenta a la hembra, así que tanto la hembra como el macho saldrán de vez en cuando del nido para alimentarse.
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