Las
Ninfas/Carolinas se aparearán en cualquier momento del año si
tienen ocasión. El hecho de que lo hagan no significa que debieran,
ni que los polluelos sean de la misma calidad durante todo el año.
Como hemos de producir ejemplares de calidad y queremos proteger a
nuestras aves reproductoras, tomamos decisiones sobre cuando se les
debería permitir aparearse. El inicio de la primavera suele
desencadenar el deseo de reproducirse, y éste suele ser el periodo
más seguro para los progenitores y los polluelos.
Cuando
se permite que las Ninfas/Carolinas escojan a su pareja, éstas
establecerán un fuerte vínculo y no hará falta animarlas para que
se apareen. Aunque eso pueda parecer ideal, es raro que la elección
de una pareja idónea por Usted se corresponda con la de las aves.
Con bastante frecuencia se emparejan con un hermano/a.
Frecuentemente
practicamos una cría en línea, para así desarrollar las
características que deseamos y para obtener aves de buena calidad,
pero rara vez practicamos la endogamia. Consideramos que los cruces
entre hermano y hermana, madre e hijo y padre e hija son endogámicos.
En muchos casos, este tipo de apareamientos resultan en la pérdida
de fertillidad, del deseo de aparearse, un aumento de la incidencia
de calvas, independientemente de la mutación de color, la reducción
de tamaño y la obtención de ejemplares menos resistentes. El
tremendo resultado dela cría incontrolada son las Pérdidas.
Por
tanto, escogemos las parejas ideales para nuestras aves sobre el
papel, determinando los mejores apareamientos genéticos y teniendo
también en cuenta las características individuales de los
ejemplares, como el tamaño, la conformación, el temperamento, la
viveza del color, etc...
Tras
determinar las parejas, dejamos que pasen el invierno (que es cuando
el ansía por reproducirse es menor), juntas, éste es el momento
ideal para preparar a las aves para la siguiente estación
reproductiva. Además, las parejas que no sean compatibles de
inmediato crearán, con frecuencia, un vínculo para cuando dicha
estación se aproxime, y dispondremos de tiempo suficiente para
escoger una pareja alternativa para cualquiera de ellas que sea
claramente incompatible. Aunque esta última situación es rara,
sucede.
Aunque
las Ninfas/Carolinas pueden aparearse en invierno, pueden existir
varias desventajas si esto sucede. Las hembras, especialmente
jóvenes, tienen una mayor tendencia a sufrir la retención de huevos
cuando el clima es frío. Cualquier espanto nocturno provocará la
pérdida total de los huevos y los polluelos en un periodo
relativamente corto, y la menor duración del día hará que los
progenitores dispongan de menos tiempo para alimentar a sus crías.
El resultado serán polluelos que, generalmente tendrán un menor
tamaño, que abandonarán el nido más tarde de lo normal, un mayo
porcentaje de pérdidas de los polluelos más jóvenes y una mayor
incidencia de problemas nutricionales, como la deficiencia de calcio.
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