viernes, 9 de enero de 2015

El emplazamiento de la jaula

También de gran importancia es el emplazamiento de jaula de nuestra Ninfa/Carolina en el hogar. Conviene recordar a este respecto que se trata de un pájaro que precisa de un local bien iluminado, que este libre de corrientes de aire y se halle bien ventilado. Asegurémonos además de que no quedará expuesta a los rayos directos y fuertes del sol durante prolongados periodos de tiempo. Si se cuenta con una habitación en la que nos gusta permanecer cómodamente instalados durante largas horas, entonces, éste es probablemente el lugar ideal para instalar la jaula de la Ninfa/Carolina.

A través de las múltiples generaciones en que ha permanecido en cautividad, son muchas las Ninfas/Carolinas que han desarrollado un plumón que no es tan tupido ni protector como el de sus congéneres que viven en el campo. Es por este motivo que la jaula debe estar instalada en un punto que no se halle expuesto a las corrientes de aire ya que una Ninfa/Carolina sometida de un modo persistente a su acción puede resfriarse fácilmente y es posible que muera a consecuencia de ello.

En el campo se ha observado la presencia de Ninfas/Carolinas que viven sin experimentar problema alguno en puntos cuya temperatura oscila entre 5 y 43 ºC a la sombra. Las mantenidas en cautividad como mejor se desenvuelven es con temperaturas en 5 y 10 ºC durante la noche y entre 18 y 26 ºC durante las horas diurnas. Evitemos, sin embargo, que nuestro pájaro se vea expuesto a fluctuaciones repentinas de temperatura.

A las Ninfas/Carolinas les gusta mostrarse sociables, por cuyo motivo nunca debemos instalar su jaula en habitaciones solitarias en las que no cuenten con la oportunidad de mantener contacto con personas sobre una base regular. Teniendo esto bien presente asegurémonos, asimismo, de que la jaula se encuentra instalada de modo tal que al pájaro le resulte posible ver a quien quiera que se le aproxime.
Conviene recordar, en todo momento, que se asustan fácilmente y que por tal motivo debemos evitar colocar la jaula en las proximidades de una puerta a través de la cual pueda entrar alguien de forma repentina.
De hecho, estas presencias súbitas pueden dar lugar a un estado de nerviosismo y tensión en el pájaro.
Aun cuando son muchos los poseedores de pájaros que cubren su jaula durante la noche, tal proceder no resulta necesario en el caso de las Ninfas/Carolinas ya que a estas les gusta observar cuanto acontece en la habitación así como e regreso creciente de la luz del día a primeras horas de la mañana. Si tenemos la intención de organizar una fiesta que dé lugar a que la habitación donde se encuentra la Ninfa/Carolina vaya a quedar llena de gente, constituye una buena idea cubrir la jaula o, si resulta posible, trasladarla a otro punto en que la conmoción sea menor.

Muchos poseedores de pájaros sacan a éstos al aire libre dentro de sus jaulas durante unas pocas horas al día cuando llegan los meses cálidos. Si es éste nuestro deseo, asegurémonos de que no se hallan presentes otros animales de compañía, tales como perros o gatos, en la vecindad pues podrían asustar a nuestro pájaro. Si hay otros animales, lo prudente es suspender la jaula de la rama de un árbol o de un tendedero, en alto. Asimismo no dejemos de comprobar que el fondo de la jaula y las puertas se hallan firmemente sujetas cuando llevemos a cabo estas salidas al exterior pues aun cuando le hayamos recortado las alas para siempre existe el peligro de que se escape.

Algunos de los poseedores de Ninfas/Carolinas que cuentan con la habilidad necesaria y el espacio suficiente construyen una pajarera dentro de un local. Esto no se hace, generalmente, para que en ella habite un solo ejemplar y a que éste puede desenvolverse perfectamente en una jaula de menores dimensiones. Sin embargo, si se dispone de espacio y el aficionado a los pájaros muestra inclinación a construir una pajarera, el vivir en ella constituye una fuente de placer para cualquier Ninfa/Carolina. Un garaje, un cobertizo o una buhardilla son todos ellos excelentes lugares para la instalación de una pajarera con tal que concurran las mismas condiciones exigidas para las jaulas de menor tamaño que se instalan en el interior del hogar.
La pajarera debe contar con buena iluminación, ser muy espaciosa, hallarse alejada de cualquier corriente de aire y no estar sujeta a fluctuaciones drásticas de la temperatura normal.

Comercialmente se dispone de pajareras que se ofrecen bajo múltiples y atractivos diseños pero a un poseedor de pájaros que sea mañoso le resultará posible construir una tipo interno y totalmente adecuada para sus fines valiéndose para ello de materiales sencillos que puede encontrar fácilmente en la mayoría de ferreterías o establecimientos de bricolaje. La tela metálica y los listones de madera constituyen los materiales básicos, debiendo recordar una vez más que los recipientes destinados a la comida deben situarse en puntos alejados de las perchas y palos.
La mayoría de la pajareras de tipo interno cuentan con un estante especial para la comida situado a medio camino entres el suelo y el techo. limpiar una pajarera de este tipo puede constituir una labor compleja ya que, en su mayoría, aprovechan el suelo de la propia habitación en que se hallan instaladas. Conviene barrerlas siempre que sea necesario. Digamos por último que habitualmente la puerta de acceso a una pajarera interna se construye a baja altura.


La Pajarera externa

Para la cría, muchos poseedores de pájaros construyen una pajarera externa. Quien de ellos cuenta con la habilidad necesaria a tal fin puede construirla con sus propios medios mientras que el principiante que dispone del espacio y el dinero necesarios pueden contratar los servicios de una firma especializada para que le construyan la instalación. En cualquier caso, una pajarera de dimensión apropiada probablemente será lo suficientemente grande como para exigir la obtención de un permiso de la autoridad municipal. Procede tener en cuenta asimismo que junto con algunas estructuras y componentes adicionales resultan necesarias, para las pajareras de carácter externo, la mayoría de las exigencias ya detalladas para otros tipos de alojamientos pero teniendo en cuenta que, tratándose de una instalación externa, su importancia es mayor debido a que también es más grande el espacio implicado.
Otro punto a considerar es que dado que un grupo de Ninfas/Carolinas puede llegar a ser extremadamente ruidoso, cabe que resulte necesaria la obtención de permisos especiales en función de los condicionamientos urbanísticos de la vecindad en que vivamos. Si nuestros vecinos no son aficionados a los pájaros es posible que nos veamos abocados a algunos problemas si nuestros animales son fuente de constante algarabía. Asegurémonos, por tanto, de que no vamos a tener dificultades por los motivos indicados antes de iniciar la construcción de una pajarera al aire libre.
Siempre existen alternativas muy atractivas de pajareras al aire libre, como vemos en la siguiente imagen.
La condición inicial importante para la instalación de una pajarera externa es disponer de un emplazamiento adecuado. Al igual que ocurre en el caso de instalaciones de menor tamaño, es de todo punto necesario encontrar un lugar que no se halle expuesto en exceso a los rayos solares o a un viento constante. La sombra que proyecta a mediodía una primera consideración ideal para la instalación de la pajarera. En cuanto a la dimensión, esta viene determinada, como es natural, por el espacio de que se dispone.
Si éste no mide por lo menos 300x180x210 cm., la pajarera que deseamos instalar no es probablemente una buena idea. La dimensión indicada es adecuada pero si pudiéramos contar con un espacio de 900x300x360 cm. ello sería probablemente mejor e ideal. Con esta clase de pájaros la regla empírica a aplicar es a menudo la de "cuanto mayo, mejor".
Los establecimientos en los que se expende material de jardinería, las ferreterías y otros comercios de tipo similar podrán proporcionarnos todo aquello que nos hará falta si es nuestra intención construir por nosotros mismos la pajarera. La básica de tipo externo debe contar con un área de vuelo y un resguardo. El armazón principal del área de vuelo, así como el resguardo, puede construirse valiéndose de madre dura, ángulos de hierro o tubos galvanizados. El suelo puede ser de tierra o de cemento recubierto con una capa de arena. Si se opta por el de tierra, deberá estar rodeado en todo su perímetro por un muro aislante a base de ladrillos o de chapa metálica, el cual deberá penetrar profundamente en el suelo y asimismo sobresalir de él objeto de impedir que las serpientes y los roedores puedan penetrar en el recinto. Muchos expertos recomiendan el uso de suelos de cemento, los cuales a menudo presentan ligera inclinación para facilitar un perfecto drenaje.
Estos suelos son excelentes desde un punto de vista sanitario. Otros, en cambio, consideran que los suelos de tierra son mejores para el bienestar general de los pájaros.

Si nos inclinamos por un suelo de tierra deberemos tener en cuenta la sugerencia de algunos expertos según la cual conviene rastrillar los restos de comida, a los que habremos añadido algunas semillas, para que penetren en el suelo. En un plazo de tiempo relativamente breve harán aparición pequeños brotes que proporcionarán un suplemento alimenticio rico en vitaminas a las aves. Dado que la Ninfa/Carolina es básicamente un pájaro que come en el suelo, muchos expertos recomiendan encarecidamente suelos de tierra.
Aparte de ello, hay que tener en cuenta que las Ninfas/Carolinas se sentirán más seguras en sus vuelos si a lo largo del perímetro de la pajarera crecen algunas plantas herbáceas de baja altura.
Si nuestra elección se inclina por un suelo de cemento sin presencia de arena o cualquier otro recubrimiento, probemos a incluis una artesa u otro recipiente parecido en un punto situado al lado opuesto del resguardo, rellenémoslo con tierra o arena, añadamos semillas de alguna verdura o hortaliza y procedamos a regarlo todos los días. Poco tiempo después harán su aparición las plantas y con ello dispondremos de una fuente adicional de alimentación para nuestros pájaros. Las pequeñas partículas de tierra que ingerirán junto con las hojas les ayudarán a digerir la comida. La artesa o recipiente elegido debe ser objeto de un cuidado diario por lo que a la adición de nuevas semillas respecta ya que los pájaros se comerán las plantas que vayan apareciendo en un muy breve periodo de tiempo.
Las perchas que se instalen en la pajarera deben colocarse en los laterales del área de vuelo al objeto de que no obstruyan en ya de por sí limitado espacio disponible. No constituye una buena idea incluir perchas basculantes pues se ha podido comprobar que puedes ser causa de lesiones en los ejemplares jóvenes como consecuencia de movimiento imprevistos. La colocación continuamente renovada de ramas verdes debidamente fijadas al suelo es un aspecto que no debe descuidarse pues a los pájaros les complace sobremanera arrancar la corteza y roer la madera que se encuentra debajo. Las ramas de eucalipto gozan, a este respecto, de gran preferencia ya que se trata de un árbol de presencia muy frecuente en su hábitat natural.

El resguardo de la pajarera sirve básicamente para la protección de los pájaros cuando hace mal tiempo. Dependiendo del clima que predomine en el sector en que vivamos, el resguardo puede ser total o parcialmente cerrado. En los puntos en los que domina un clima frío puede resultar aconsejable disponer de un sistema de calefacción. En realidad las Ninfas/Carolinas pueden sobrevivir a bajas temperaturas siempre y cuando no se hallen expuestas a corrientes de aire pero en condiciones extremas cabe que un sistema de calefacción constituya una necesidad.

Las cubiertas de los resguardos a menudo se construyen de planchas de maderas o de hierro acompañadas de material aislante. Debe incluirse en el resguardo una percha colocada a una distancia máxima de 60 cm. del techo. El suelo del resguardo debe asimismo contar con una capa de gravilla o arena, la cual sirve para vigorizar las uñas y los pies de los pájaros.

También es necesario construir un pasadizo en torno a la pajarera de modo que no sólo nos permita llegar hasta nuestros pájaros sino, además, impedir cualquier ruta de escape. La alimentación como mejor puede llevarse a cabo es mediante la instalación de estantes situados directamente sobre puertas de entrada de bajo perfil. Dado que los pájaros son los que mejor conocen cual es el momento idóneo para sus ejercicios de vuelo debe disponerse una abertura que permita un acceso continuado de las Ninfas/Carolinas desde el resguardo al área de vuelo y viceversa.

Alimentacion


Afortunadamente para los aficionado a los pájaros, las Ninfas/Carolinas resultan fáciles de contentar por lo que a la comida respecta, pues su dieta básica se compone de semillas corrientes y , con tal que se mantengas sanas, no hay motivo alguno para que surjan problemas de verdad en lo que se refiere a mantener una buena combinación alimenticia. En el caso de un ejemplar aislado, la variedad comercial de mezclas de semillas, consistente en pepitas de girasol, mijo rojo, amarillo y blanco, cacahuetes, cañamones, avena y trigo resulta perfecta para cubrir sus necesidades. Estas mezclas ofrecen a la mayoría de los pájaros los elementos nutrientes básicos. Ahora bien, teniendo en cuenta que los alimentos comerciales pueden perder parte de su valor nutritivo una vez abiertos los envases, obraremos correctamente adquiriendo la cantidad que consideremos adecuada para un periodo de dos semanas y guardando la semilla en un lugar seco dentro de un recipiente de plástico o de vidrio. A tal fin, nuestro establecimiento especializado de animales de compañía podrá facilitarnos el tipo exacto de recipiente que responda a nuestras necesidades.
Este alimento comercial, complementado con algo de verduras u hortalizas, será todo lo que realmente necesitará nuestro pájaro.

En el caso de alojar varios pájaros juntos, cabe que resulte aconsejable ofrecer las diferentes variedades de comida en recipientes separados, de poca profundidad y bastante peso. Con esto nos aseguraremos de que los pájaros ingieran diversas clases de semillas en la cantidad necesaria y que sea menor la cantidad que se desperdicie a través de su tendencia natural a esparcir la comida. Procede destacar, asimismo, que distintos pájaros prefieren diferentes semillas y que sus preferencias individuales pueden experimentar fluctuaciones según las estaciones así como durante las épocas de cría y de muda.
Otro punto a tener en cuenta es que los pájaros acostumbran a esparcir las variedades de semillas que no les gustan si las mismas vienen incluidas en la mezcla comercial.
Por ello, si se dispone de amplio espacio en los estantes de alimentación, las semillas de menor dimensión, tales como el mijo, la nigeriana, el alpiste y la linaza pueden ofrecerse separadas. También conviene recordar que siempre ha de haber disponibles pepitas de girasol. En cuanto a las semillas de linaza debe tenerse en cuenta que han de ofrecerse en cantidad limitada y con especial cuidado debido a su elevado contenido de aceite. Si esta circunstancia no se tiene en cuenta corremos el riesgo de que los pájaros adquieran un peso excesivo.

De todos modos, una cierta cantidad de grasas resulta saludable y necesaria, por lo que debemos proporcionar a nuestros pájaros pequeñas cantidades de cañamones poco antes de iniciarse la época de cría o durante las épocas más frías del año. La avena con cáscara o descascarillada así como otros cereales, tales como trigo, deben estar disponibles en todo momento aun cuando ocurra que en un principio los pájaros rehúsen ingerirlos.
También constituyen fuentes aceptables de alimentación para nuestros pájaros el mijo en rama y las varillas impregnadas de miel, lo cual lo podemos encontrar, por regla general, en los establecimientos especializados en animales de compañía.



Alimentacion verdes y fruta

Deben asimismo complementarse las semillas con diversos alimentos verdes y ciertas variedades de frutas. Cuando es época de ello, a los pájaros les gustan las zanahorias, las peras y las manzanas así como algunas bayas tales como el escaramujo, la serba y la oxiacanta.

Entre los alimentos verdes cabe citar el berro, los guisantes, el maíz todavía sin madurar, el llantén, el almorejo, el cardo , la pamplina, el diente de león, las hojas de zanahoria, la hierba cana, la lechuga y las espinacas.
Las pepitas de girasol todavía sin madurar constituyen un manjar que goza de gran preferencia. Dado que los alimentos verdes sólo deben ser ingeridos por los pájaros cuando son frescos, asegurémonos de que las partes no comidas son eliminadas todos los días. Fuera de temporada, los sustitutivos de los alimentos verdes incluyen semillas germinadas, tales como girasol o avena. La cantidad requerida  de esta clase de comida debe mantenerse sumergida en agua durante 24 horas, después someterla a un intenso enjuage y dejarla durante otras 24 horas hasta que comience a germinar. No ofrezcamos, sin embargo, una cantidad excesiva de este alimento. Si se hallan en período de desarrollo, cabe complementar su dieta con pan blanco empapado de agua. Existe una amplia variedad de alimentos comerciales a los que se puede recurrir para conseguir un crecimiento equilibrado de los pájaros (señalemos que muchos de estos alimentos precisa humedecerlos antes de que puedan ser ingerido por los pájaros).
También podemos ofrecerles ramas recién cortadas de avellano, sauce o frutales.











Otras alimentos complementarios

Un escudo de sepia corriente así como bloques de cal y minerales que se ofrecen el el comercio proporcionaran a los pájaros la cantidad de calcio que necesitan. También se utilizan frecuentemente con este mismo fin las cáscaras de hueso y las conchas de mejillón debidamente molidas.

Al igual que otros muchos animales, las Ninfas/Carolinas cuentan con un instinto que les guía respecto a la clase adecuada y cantidad apropiada de vitaminas que necesitan. Sin embargo, en el mercado existen complementos vitamínicos, que podemos suministrar a nuestro pájaro tras consultar al veterinario o criador experimentado.
Si es preciso valerse de ellos, únicamente deberemos hacerlo durante los meses de invierno. Procede destacar que una sobredosis a este respecto constituye un peligro. el cual puede traducirse en una muda prematura si la administración de los suplementos vitamínicos de hace de un modo inadecuado.

Dado que los pájaros carecen de dientes, necesitan algo para triturar sus alimentos antes de que éstos sean adecuadamente digeridos. Esta necesidad vital la cubren las Ninfas/Carolinas con el cascajo, el cual queda almacenado en la molleja del pájaro una vez ingerido. La actuación desarrollada a través de la contracción y expansión de los tejidos musculares de la molleja, combina con los gránulos de cascajo, hacen posible la trituración de los alimentos, de forma que puedan penetrar en el estómago y ser digeridos adecuadamente. Se infiere, por tanto, que es de capital importancia el que nuestra Ninfa/Carolina disponga no sólo de un escudo de sepia sino también de una cantidad adecuada de cascajo pues ambos no sólo proporcionan los minerales requeridos sino también los oligoelementos necesarios.
El cascajo debe depositarse en un recipiente separado colocado en el suelo de la jaula o pajarera y complementarlo con cantidades adicional es cuando las circunstancias lo requieran. Transcurridos unos dos meses, debe procederse a limpiar el recipiente y llenarlo otra vez.


La cal es necesaria, tratándose de Ninfas/Carolinas, para que puedan mantener su pico en estado sano y esta condición se cumple simplemente con la presencia de un escudo de sepia, no obstante se puede complementar con una piedra mineral con almejas trituradas.
Esta cuestión resulta especialmente importante durante la época de cría ya que el calcio es indispensable para la formación apropiada de la cáscara de los huevos.
Conviene recordar que la presencia de polluelos hará que la utilización del escudo de sepia así como la piedra mineral incremente casi el triple con relación a períodos normales. Señalemos, por ultimo, que estos complementos vienen dotados de un clip de fijación a la jaula, cabe encontrarlos habitualmente en nuestro establecimiento especializado de animales de compañía.

Las necesidades alimentarias de las Ninfas/Carolinas en una pajarera son las mismas que las de un solo ejemplar instalado en una jaula. Debe dársele de comer una vez al día, ya sea por la mañana temprano o al caer la tarde. Los recipientes utilizados para tal fin deben situarse alejados de debajo de cualquier percha o palo para evitar contaminaciones y, al igual de ser pesados y poco profundos al objeto de que no puedan ser volcados con facilidad.
Los pájaros algunas veces se pelean a la hora de la comida, por lo que constituye una buena idea colocar varios recipientes en diferentes puntos de la jaula o pajarera al objeto de que varios pájaros puedan comer al mismo tiempo sin interferirse mutuamente.
Algunos criadores y poseedores de Ninfas/Carolinas han construido baterías portátiles de comederos, que pueden introducirse en el resguardo y retirarse de el en función de cual sea el tiempo atmosférico.
Añadamos que es además conveniente que dispongan de bandejas deslizantes para facilitar su limpieza. Los estantes utilizados para disponer en ellos los recipientes de comida deben sostenerse mediante tubos metálicos al objeto de que los ratones u otros roedores no puedan llegar hasta dichos recipientes en el caso de que consigan entrar en la pajarera.











Agua


Las Ninfas/Carolinas sólo beben agua. Dado que su hábitat natural en Australia es muy seco, ha dado lugar a una adaptación que les permite prescindir del líquido elemento durante prolongados períodos de tiempo.
De hecho, pueden cubrir sus necesidades a este respecto con las pocas gotas presentes en las hojas de las plantas. Sin embargo y pese a tal circunstancia, siempre han de poder disponer de agua limpia y fresca.
Algunas personas consideran que un único recipiente es suficiente mientras que otras prefieren valerse de dos para tales fines. Cabe señalar, no obstante, que aun en el caso de que utilicemos dos recipientes es muy probable que los pájaros los usen de un modo indiscriminado para beber y bañarse.
Una solución ideal sería la de instalar un surtidos dentro de la pajarera.

Aun cuando pueden sobrevivir durante mucho tiempo sin beber agua, el rápido proceso metabólico de las Ninfas/Carolinas hace que quemen rápidamente sus reservas de grasas, lo cual supone que probablemente morirían de hambre después de transcurrido sólo un día sin tomar alimentos.

Siempre constituye una buena idea determinar cual ha sido exactamente la dieta seguida por nuestro pájaro en su hogar anterior. No importa el que lo hayamos adquirido a un criador, informémonos acerca de qué era lo que comía.
Si se trata de un pájaro que goza de buena salud no procedamos a cambiarle la dieta en forma sustancial, a menos que resulte completamente necesario. Si por algún motivo se hace inevitable modificar la dieta, hagámoslo gradualmente sustituyendo su comida anterior por la nueva a través de un período de varias semanas.


En ocasiones, es necesario tratar a nuestros pájaros con agua pura de manantial con contenido mineral de gran valor. Como por ejemplo el producto de la imagen anterior.
Se utiliza también en lugares del agua corriente con un alto contenido de cal.







Pájaros



Adiestramiento


Después del periquito, la Ninfa/Carolina es el pájaro de compañía que goza de mayor popularidad entre quienes sólo desean tener un único ejemplar. No sólo es un bello pájaro sino que también aprende con rapidez, tiene un precio razonable y cabe encontrarlo en la mayoría de buenos criaderos especializados. Su canto es agradable y puede enseñársele a imitar la voz humana y a decir unas pocas palabras de tipo sencillo.

La primera condición a tener en cuenta antes de intentar enseñar a un pájaro a hablar es asegurarnos de que está domesticado. Afortunadamente, la Ninfa/Carolina es uno de los pájaros que más fácil resulta domesticar. Un ejemplar joven debe aprender a depositar su confianza en su dueño y sentirse seguro en su entorno inmediato, siendo aquellos cuya edad oscila entre las 12 y las 14 semanas los que generalmente mejor responde al adiestramiento. En cambio, los de edad superior indicada ya presentan hábitos adquiridos o bien han sido objeto de adiestramiento por otro poseedor previo, lo que da lugar a que muestren resistencia, hasta cierto punto, a ser adiestrados.

Tras la adquisición, deberemos alojar a la Ninfa/Carolina en forma aislada, es decir, mantenerla apartada de cualquier otro pájaro, tanto si son de su misma especie como de otra diferente. A tal fin, ya deberemos haber decidido el punto que instalaremos la jaula y habremos dotado ésta de todos los elementos necesarios. Una vez decidido, mantengámosla en dicho lugar pues el trasladarla de un punto a otro después de la llegada de nuestro pájaro es casi seguro que sólo servirá para trastornarle.

Debemos extremar las precauciones cuando transfiramos al pájaro desde la caja en que ha sido transportado a su jaula. Démosle tiempo para que penetre en ella y se familiarice con lo que va a ser su nuevo hogar, asegurándonos que mientras tanto no hay ningún otro pájaro o animal en el entorno.
Evitemos todo aquello que pueda asustarle y hacer que se aleje de su jaula. Después, dejémoslo solo durante un rato para que gradualmente se vaya sintiendo cómodo. Si ya es de noche, mantengamos una luz de escasa potencia encendida en la habitación al objeto de que pueda orientarse en un entorno que es nuevo para él y con el cual no se halla familiarizado.

Algunos expertos consideran que deberíamos dejar que transcurriera una semana o más antes de intentar domesticar y adiestrar a nuestra Ninfa/Carolina. Muchos otros creen que sólo necesita un breve espacio de tiempo, algunas veces únicamente horas, antes de que ya este en condiciones de iniciar un estrecho contacto humano.
Sea como fuere, durante los primeros días siempre deberemos acercarnos al pájaro lentamente, hablándole con suavidad hasta conseguir que se muestre tranquilo. Transcurrido algún tiempo, el pájaro ya habrá aprendido que la jaula es el lugar en que recibe su comida y en donde se siente seguro. Eventualmente querrá regresar a la jaula por sus propios medios después de haber llevado a cabo algún ejercicio de vuelo. Extremo importante a tener en cuenta es que si dejamos que la Ninfa/Carolina vuele a su aire antes de que haya llegado al punto de considerar la jaula como su hogar, es muy probable que debamos proceder a capturarla para devolverla a ella. Esto provocará un estado de gran agitación al pájaro y sólo servirá para prolongar el período de tiempo necesario para que se acostumbre a la jaula, a nuestro hogar y a nosotros.

Transcurridos pocos días, el pájaro comenzará a anticiparse a la llegada de su dueño respondiendo a las tenues palabras de éste con un suave silbido. Cuando esto empiece a ocurrir cabrá decir que el primer paso en la domesticación y adiestramiento de nuestro pájaro ya ha sido dado.

Una vez se haya acostumbrado a su entorno, el pájaro estará en condiciones para ser domesticado.
En silencio adelantemos la mano y cojámoslo suavemente alrededor de las alas. Es muy probable que en dicho instante nos muerda pero aun cuando estos mordiscos son algunas veces dolorosos, los de los ejemplares jóvenes raras veces producen daño alguno.
Si mantenemos nuestra suave presa sobre el, pronto se dará cuenta de que sus mordiscos no sirven para nada y dejará de propinarlos. Los ejemplares adultos, por contra, pueden morder con mayor fuerza y algunas veces incluso hacer que brote sangre. Si esto ocurre tratemos nuestra herida como lo haríamos en el caso de mordisco de cualquier otro animal. Podemos obligar a una Ninfa/Carolina a soltar presa presionándola con fuerza con el pulgar bajo la barbilla pero debemos evitar castigarla por sus mordiscos golpeándole el pico o valiéndonos de cualquier otra práctica similar. Hemos de tener en cuenta que al obrar así no hacen más que seguir unos instintos innatos de supervivencia. El castigo contra estas acciones instintivas sólo dará lugar a que el pájaro desarrolle una personalidad agresiva y a que todos los esfuerzos encaminados al adiestramiento y a la domesticación resulten más y más difíciles.

Si sentimos temor hacia el mordisco del pájaro podemos usar unos guantes gruesos de piel pero recordemos que en tal caso será preciso readiestrarlo para que acepte nuestra mano desnuda.




Recorte de Alas

Desde este Blog no recomendamos ni somos partidarios del recorte de las alas, no obstante debemos tratar el tema. Dejamos la decisión a los poseedores de las Ninfas/Carolinas.

Al llegar a este punto cabe que nos inclinemos por recortar las alas del pájaro. Existen, a este respecto, dos escuelas de pensamiento. Algunos aficionados sostienen que dado que las Ninfas/Carolinas muestran mayor inclinación al vuelo que muchos otros loros, el recortarles las alas les priva del necesario ejercicio.
Otros consideran que el recorte de las alas hace más fácil el proceso de domesticación y evita que nuestro pájaro se escape.
Sea como fuere, el recorte de alas es rápido e indoloro pero resulta más fácil llevarlo a cabo si de ello se ocupan dos personas a la vez: una sosteniendo el pájaro con firmeza mientras que la otra efectúa el recorte.
La que lo sostiene extiende suavemente las alas de modo que puedan ser recortadas todas las plumas remeras de una de ellas. Este método todavía permite al pájaro volar con la otra ala aun cuando sus vuelos quedarán considerablemente limitado. Conviene señalar, a este respecto, que el recorte no disminuye la belleza de la Ninfa/Carolina y que las plumas recortadas volverán a su estado anterior en un periodo de seis meses.
También podemos optar entre recortar periódicamente las alas si queremos reducir su capacidad de vuelo con carácter permanente o bien dejar que crezcan las plumas de nuevo una vez que el pájaro haya sido adiestrado de forma plena. Sea cual fuere el caso, nunca deberá permitirse que vuele libremente fuera de casa pues independientemente de cuan bien adiestrado o domesticado aparezca, un vuelo por el exterior solamente terminará con su pérdida.

Otros poseedores de Ninfas/Carolinas recortan todas las remeras primarias salvo las más externas así como algunas de las secundarias. Si esto se hace de un modo uniforme se mantendrá el grácil aspecto del pájaro en vuelo y, al mismo tiempo, se limitará su capacidad voladora.
Debe recortarse partiendo del centro del ala y hacia afuera, a nivel de las coberteras primarias. No conviene, sin embargo, hacerlo muy por debajo de estas últimas pues en la base del astil se han presentes vasos sanguíneos. Si pese a todo se produce una hemorragia, observémosla con cuidado pero no no preocupemos demasiado pues la sangre de los pájaros se coagula con rapidez y dicha hemorragia se detendrá en un breve espacio de tiempo.
Es muy importante el que no hagamos movimientos bruscos durante la operación de recorte pues tanto estos movimientos como los ruidos repentinos pueden ser causa de que el pájaro se vea presa del pánico y con ello resulte herido de gravedad.
Si el recortar las alas es labor que nos pone nervioso, puede que sea conveniente consultar a nuestro criador para que lleve a cabo la operación por nuestra cuenta o nos guíe en su ejecución.

El paso siguiente es el de comenzar a ofrecer comida al pájaro en nuestra mano. Ello debe iniciarse a través de los barrotes, dándole mijo en rama u otros alimentos de fácil manejo. Transcurrido algún tiempo podemos proceder dándole de comer a través de la puerta abierta. Esto debe efectuarse con extremo cuidado y muy despacio ya que si hacemos un movimiento brusco o repentino, el pájaro experimentará un sentimiento de pánico. Y si llega a asociar estos momentos de pánico con los de la comida, entonces todo nuestro esfuerzo habrá sido en balde y habremos perdido todo el terreno que habríamos ganado durante el proceso de adiestramiento y domesticación.
Si se mantiene el cuidado y la preocupación, no transcurrirá mucho tiempo hasta que la Ninfa/Carolina comience a comer en nuestra mano.
Cuando tal circunstancia tenga lugar podemos aumentar la confianza de nuestro pájaro acariciándole suavemente el pecho en el índice mientras toma su alimento. Si el pájaro no se muestra asustado por este proceder, podemos incrementar la presión hasta que se vea obligado a trepar sobre nuestro dedo y utilizarlo como percha para llegar hasta la comida.
Algunas veces, sobre todo al principio, cabe que el pájaro nos picotee o nos muerda el dedo. Esto puede ser algo doloroso pero debemos evitar retirarlo de forma brusca. Una vez más conviene recordar que los movimientos repentinos por nuestra parte espantarán y provocarán el pánico en el pájaro, haciendo que olvide buena parte de la confianza que tanto nos hemos esforzado en conseguir.

Una repetición constante de la rutina alimentaria y de trepar sobre el dedo que acabamos de describir hará que el pájaro eventualmente se suba a el de un modo inmediato para recibir su comida. Con ello llegará a asociarnos a nosotros y a nuestra mano con la hora de la comida y se mostrará ansioso de trepar sobre nuestro dedo. Tras otro período de tiempo podemos retirar lentamente la mano desde el interior de la jaula, mostrándonos continuamente cuidadosos de no hacer ningún movimiento rápido o abrupto.
Si ello se produjera, el pájaro se alzaría inmediatamente en vuelo. A algunos pájaros les gusta que les rasquen ligeramente el lateral y la parte superior de la cabeza. Esto puede tranquilizarlos todavía más mientras comen en nuestra mano.

Si sacamos al pájaro lentamente del interior de la jaula, permanecerá posado en nuestro dedo durante un tiempo pero algunas veces ocurre que en un ejemplar joven salta desde nuestra mano para posarse en el suelo. Si tal ocurre coloquemos nuestro dedo frente a él y a su nivel e incitémosle cariñosamente para que se suba de nuevo a él. Tras algún tiempo se acostumbrará al lento movimiento ascendente de nuestra mano y permanecerá posado en ella. Ahora bien, dado que las Ninfas/Carolinas constantemente buscan el punto más elevado, es probable que comience a trepar por nuestro brazo y se pose en nuestro hombre.
Más adelante tratará de llegar a la parte superior de nuestra cabeza para conseguir una mejor panorámica del entorno.

Nuestro objetivo ha de ser el que asocie la comida con la jaula, de modo que sepa que es en dicho punto donde la encontrará.
Esto contribuirá a convencerlo de que debe regresar a la jaula por si mismo después de los ejercicios de vuelo.